lunes, 7 de noviembre de 2011


Últimamente, todas mis dudas y miedos, aquellos que tiré por la ventana con una sonrisa, vuelven a mi con fuerzas renovadas, oigo sus carcajadas en mi mente y veo sus ojos maliciosos en el fondo de mi espejo.

La vieja armadura oxidada y llena de polvo, olvidada en el fondo del armario me llama con voz melosa, me invita a volver a entrar en ella, a permitir que me proteja de todos ellos.

Días de silencios, de largas charlas conmigo misma en un rincón oscuro, intentando no escucharles, gritándoles con mi mirada que no les creo, que todo aquello que sentí y siento, es real, no un producto de mi desesperación por no estar sola.

Aunque últimamente ya no sé que pensar.....

domingo, 18 de septiembre de 2011

VOLVIENDO A SER NIÑA


En un principio me costó encontrar el inicio del viejo sendero, no las tenía todas conmigo cuando enfilé el camino escarpado que bordea el barranco del río, hasta que vi el pino en el que trepaba de niña, benditos lugares apartados, pensé, aún sigues aquí. Deseché la idea de subir tan pronto como me vino a la cabeza, hace demasiado tiempo que dejé de usar trenzas y no me apetecía acabar en el fondo del río, así que seguí subiendo por el camino hasta la cornisa en la que termina.

Me senté en el suelo y dejé colgar mis piernas en el abismo, como tantas veces hiciera, cogí la bolsa en la que había guardado unas cuantas rosquillas, sonreí al pensar en que hace años, era casi misión imposible agenciarse alguna, había que despistar a la abuela y sacarlas de la lata sin hacer ruido, causa en la que nos uníamos todos los primos, para después repartir el botín en algún rincón del pueblo.

Dejé que la vista vagara por el paisaje, han pasado treinta años desde que dejé de corretear por estos senderos, pero todo seguía mas o menos igual, el lago a mis pies tenía algo menos de agua de la que yo recordaba, pero aquel lugar sigue produciéndome las mismas sensaciones que en aquellos años, estuve de nuevo lejos de todo y en paz con mi soledad.

jueves, 7 de julio de 2011



No conoces a shiraz, no sabes de sus miedos ni de sus dudas, por que jamás te la presenté, a pesar de que duermes cada día conmigo esa parte de mi no es compatible contigo, así que se quedaba cada día oculta tras la pantalla de un ordenador, sin que supieras de ella, y por el momento, allí sigue paciente esperando a que todo vuelva a sus cauces normales.
Los días de vino y rosas quedaron atrás, no mucho, aunque a veces me parezcan años cuando recuerdo momentos compartidos contigo, te acurrucaste en la oscuridad y dejaste de luchar, y por mucho que me apetezca a ratos el acurrucarme contigo, lo siento, pero eso no va conmigo, así que hago lo único que se hacer, mirar hacia el frente, sacudirme el polvo del camino y seguir andando, aunque a ratos tenga que plantar los pies firmes en el suelo para arrastarte conmigo. Se que algún día extenderás tu mano para tomar la mía y que volveremos a ir a la par, que volverás a ser el punto de cordura que me ataba a la realidad, que volveré a sentir tu abrazo cariñoso de bienvenida al llegar a casa, sin mas pregunta que si me he divertido, que volverás a reirte a carcajadas con mis tonterias y acariciándome la mejilla me preguntarás cuándo pienso crecer ya de una vez.

Se, que todo eso algún día volverá, por que no pienso rendirme ni permitir que tu lo hagas.

martes, 18 de enero de 2011

domingo, 16 de enero de 2011


No quiero seguir nadando, manteniendo mi nariz apenas fuera del agua lo justo para no ahogarme, volver a esforzarme en sacar la cabeza entera para saludar a todo bote que se me acerca ofreciéndome ayuda, estoy cansada de sonreirles y decirles que no la necesito y verlos marchar mientras muerdo mis labios para no gritar piediendo que vuelvan, y sigo, brazada a brazada, hunduéndome y volviendo a reflotar, sin importarme el rumbo que tomo, convencida que esta vez llegaré a una playa segura, aunque crea que cada vez me adentro mas en aguas profundas.