sábado, 21 de marzo de 2009

SIN MIRAR ATRAS



Mares de lágrimas crucé sin destino ni pretensión,
dejé las huellas de mis pasos por un camino perdido,
ocultando a los demás los restos de un corazón herido,
no permitiéndome mirar atrás, como una obsesión.


Miles de letras guardadas en un oscuro cajón,
mudos testigos de un vuelo abatido,
ansias secretas de un tiempo no vivido,
mi escudo, mi sonrisa, mi protección.


Alzo las manos tentando en la oscuridad,
intentando encontrar una salida,
rogando a los cielos hallar el resorte.


Que aleje de mi por siempre tanta frialdad,
tanta costumbre mal aprendida,
y dejarme perder en un abrazo que me conforte.

domingo, 8 de marzo de 2009

IMAGINO


Imagino que soy roca contra la tempestad,
que a nada le temo, que de todo soy capaz,
que no hay miedo, ni inseguridad,
pero se que solo es mi disfraz.

Imagino que soy del guerrero el acero,
firme contra cualquier embate,
fría como noche de enero,
ocultando mi alma, para que no me delate.

Imagino que soy codiciado diamante,
que despierta entre los avaros su codicia,
cegando con destello brillante,
pero en sus manos, soy trémula novicia.

Imagino que mi voz es como el canto de la sirena,
que soy feliz tras mis mil cerrojos,
pero mis puertas se vuelven arena,
que se disuelven en el mar de sus ojos.

viernes, 6 de marzo de 2009

lunes, 2 de marzo de 2009


No existen llaves para mis puertas, pues las construí sin cerradura, no existen caminos que lleven a ellas, y si alguna vez existieron, los dinamité literalmente creando grandes simas que disuadieran de seguir adelante, no existen contraseñas para abrir pasadizos ocultos, hace tiempo fueron todos anegados. Reviso cada centímetro para que todo siga así, para que este lugar dentro de mi siga siendo mi bunker seguro, el lugar donde retirarme de todos y de todo, donde nada puede afectarme por que nada entra, ni siquiera la voz de mi conciencia. Refugio de los restos de un naufragio, sin una maldita copa donde terminar de ahogar los pensamientos, ya ni me quedan las manos para estrangularlos, perdieron sus fuerzas mecidas en el sueño dulce de mi rincón sin oxígeno.
Siempre segura en mi lugar intermedio, mirando hacia el fondo, deseosa de alargar mi mano para tocarlo, para posar mis pies en él y poder mirar hacia arriba, intentando encontrar una bocanada de aire que me devuelva las fuerzas y el deseo de trepar, pero se, que también cerré esa salida, cuando la misma soledad me abandonó y salió por allí, ni siquiera fui capaz de gritarle, sólo un murmullo apenas audible para mi, “vete, no te necesito”.
Hace tiempo, tanto que ni siquiera tengo memoria de él, que mis fantasmas me perseguían, que me acechaban en las noches oscuras, que me golpeaban sin piedad una y otra vez, en cada espejo que reflejaba mi imagen, allí estaban, recordándome su presencia y la proximidad de un nuevo ataque, pero dejé de mirarme en los espejos, dejé de mirar en los ojos de otras personas buscando un aliado en mi lucha, hace tiempo, tanto ya, que me quedé acurrucada permitiendo que jugaran a su juego cruel, que perdió la gracia para ellos y también se fueron.
Y aquí sigo, mecida en los dulces brazos de este sueño sin fin, que yo misma creé para mi, murmurando en cada nuevo roce “vete, no te necesito”