jueves, 7 de julio de 2011



No conoces a shiraz, no sabes de sus miedos ni de sus dudas, por que jamás te la presenté, a pesar de que duermes cada día conmigo esa parte de mi no es compatible contigo, así que se quedaba cada día oculta tras la pantalla de un ordenador, sin que supieras de ella, y por el momento, allí sigue paciente esperando a que todo vuelva a sus cauces normales.
Los días de vino y rosas quedaron atrás, no mucho, aunque a veces me parezcan años cuando recuerdo momentos compartidos contigo, te acurrucaste en la oscuridad y dejaste de luchar, y por mucho que me apetezca a ratos el acurrucarme contigo, lo siento, pero eso no va conmigo, así que hago lo único que se hacer, mirar hacia el frente, sacudirme el polvo del camino y seguir andando, aunque a ratos tenga que plantar los pies firmes en el suelo para arrastarte conmigo. Se que algún día extenderás tu mano para tomar la mía y que volveremos a ir a la par, que volverás a ser el punto de cordura que me ataba a la realidad, que volveré a sentir tu abrazo cariñoso de bienvenida al llegar a casa, sin mas pregunta que si me he divertido, que volverás a reirte a carcajadas con mis tonterias y acariciándome la mejilla me preguntarás cuándo pienso crecer ya de una vez.

Se, que todo eso algún día volverá, por que no pienso rendirme ni permitir que tu lo hagas.