sábado, 13 de febrero de 2010

SIGLOS TORMENTOSOS


Aprendí a caminar despacito y sin ruido,
a posar mis ojos en el suelo,
a forjarme una coraza de hielo
en donde dejarme mecer en el olvido.

Sesgadas mis alas, en sus ansias de vuelo,
cuando apenas de mi, habían nacido,
acallando a mi mente en sordo quejido,
no quise ver, y se oscureció mi cielo.

Eternos siglos vagando en una tormenta,
de palabras perdidas en voz callada,
batalla tras batalla, cada vez mas cruenta.

Si de tu mano, he aprendido cuan equivocada
era esta lucha, si es tu voz la que siempre me alienta,
¿Por que me resisto, a tus pies, posar mi espada?

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